Son la columna vertebral del microdatacenter y pueden ser servidores blade u otras formas compactas de servidores. Estos servidores realizan diversas funciones, como almacenamiento, procesamiento y gestión de aplicaciones.

Incluye sistemas de almacenamiento como unidades de disco duro (HDD) o unidades de estado sólido (SSD).
Puede haber soluciones de almacenamiento en red (NAS) o almacenamiento conectado a la red (SAN) según las necesidades del entorno.

Equipos de red para facilitar la comunicación entre los diferentes componentes del microdatacenter.
Pueden incluir switches, routers y otros dispositivos de red para asegurar una conectividad eficiente.

Proporciona energía de respaldo para garantizar que el microdatacenter pueda funcionar sin interrupciones incluso durante cortes de energía.

Elementos de enfriamiento para mantener la temperatura adecuada dentro del microdatacenter y prevenir el sobrecalentamiento de los equipos.

Incluye medidas de seguridad física y lógica para proteger los datos y el hardware.
Puede implicar sistemas de control de acceso, cámaras de seguridad y firewalls, entre otros.

Herramientas y software de gestión que permiten monitorear y administrar eficientemente todos los componentes del microdatacenter.

Sistemas para administrar eficientemente el consumo de energía, incluyendo la capacidad de apagar o reducir el consumo de componentes que no estén en uso.
Los microdatacenters son especialmente útiles en entornos donde se requiere una capacidad de procesamiento localizada, pero no se justifica la construcción y mantenimiento de un centro de datos a gran escala. También pueden ser implementados para mejorar la redundancia y la disponibilidad al descentralizar recursos críticos.
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